Aunque la sequía ha afectado la producción, los bajos stock s de Estados Unidos en cítricos como mandarinas y el freno de las exportaciones de paltas de Perú aseguran buena demanda. Sin embargo, los costos de los fletes navieros se dispararon, lo que estrechará los márgenes.
Por Eduardo Moraga Vásquez (Revista del Campo)
Javier Fuchslocher es el gerente general de San Osvaldo, una de las mayores productoras de cítricos de Chile, con huertos en la Región de Coquimbo. En la templada y desértica región ya comienza a respirarse el próximo inicio de la cosecha.
De los huertos de San Osvaldo saldrán limones, clementinas y naranjas para todo el mundo.
Por eso el ejecutivo pasó la semana pasada en Filadelfia.
La ciudad es el centro operativo del negocio de la fruta fresca en la costa Este de Estados Unidos. En los muelles cercanos desembarca buena parte de los productos que abastecen a ciudades desde Chicago a Nueva York.
''Es la ocasión para ver cómo está la oferta local de cítricos y conocer la mirada de los importadores'', sostiene Fuchslocher.
¿Y qué es lo que escuchó? Básicamente que el mercado norteamericano de los cítricos está despejado, un gran contraste con el congestionado inicio de la temporada pasada.
Una noticia bienvenida en un año que no es pródigo en buenas nuevas. Los cítricos y los paltos, que comparten buena parte de las áreas de producción en Chile, enfrenta una larga sequía en los valles de Limarí y Elqui y ya se siente en el valle de Aconcagua.
''Hay huertos de Illapel y Salamanca que tuvieron que cerrar su producción por falta de riego'', explica Gonzalo Vargas, asesor agronómico.
Para ambos rubros el crecimiento de la oferta peruana agrega cada vez más presión a la hora de exportar e incluso en el mercado local, en el caso de la paltas.
No ayuda tampoco la incertidumbre y el encarecimiento de los fletes navieros y de otros factores productivos, como la mano de obra.
''El año pasado tuvimos un aumento de 30% a 35% en los costos laborales. Esta temporada se ve más gente, pero igual vamos a tener un aumento de entre 5% y 10% en los pagos por mano de obra'', afirma Fuchslocher.
El dólar alto también ayuda algo a resistir los problemas que se viene para paltos y cítricos en la temporada que está a punto de partir.
Sequía golpea a cítricos
Gonzalo Vargas explica que ''los productores de cítricos que no hicieron el balance hídrico lo están pasando muy mal. Mucha gente trató de regar toda la superficie ahora está pagando las consecuencias con calibres más chicos''.
Para el asesor agronómico la principal especie afectada será las mandarinas, específicamente de los valles de Elqui y Limarí.
En los últimos años esa fruta se ha convertido en una alternativa para los agricultores que arrancaron uvas de mesa por los bajos márgenes de ese cultivo.
Dadas las condiciones agronómicas de la zona, las mandarinas se dan especialmente sabrosas, dulces y de color intenso. Es por eso que no les costó hacerse un espacio importante en Estados Unidos, su principal mercado hasta ahora.
Con los embalses en punto crítico y los ríos de la parte alta de los valles en mínimos históricos, no son pocos los agricultores que han debido sacrificar parte de sus huertos para regar el resto.
El efecto de la sequía en los volúmenes se podría sentir también por la posibilidad de que se den más frutas de calibre pequeño por la ausencia de riego en períodos críticos.
En todo caso, los problemas productivos comienzan a menguar a medida que los huertos se adentran hacia la parte sur de la zona central. La Región de O'Higgins muestra un acceso a agua más normal y temperaturas que han sido benignas en este verano para los cítricos.
Rodrigo Manzo, asesor de empresas frutícolas, estima que a pesar de los problemas de agua, las exportaciones de la mayoría de los cítricos podrían mantenerse e incluso tener una ligera alza. La razón está en el interés del mercado norteamericano por clementinas y mandarinas.
''Estados Unidos tuvo una producción menor a la de la temporada anterior, por lo que el mercado está despejado. Usualmente cuando hay esa señal desde el mercado los agricultores aumentan el volumen de fruta que exportan'', sostiene Rodrigo Manzo.
Las principales beneficiarias de esa tendencia comercial son las clementinas, que por abrir la temporada encontrarán un mercado desabastecido.
En todo caso, el negocio de los limones corre por carril distinto.
El cierre de los bares y restaurantes de Japón, destino de casi del 20% de las exportaciones chilenas de limones, las pasadas temporadas producto del covid frenó en seco la venta de ese cítrico, pues esos canales son por lejos los principales lugares de consumo de la fruta en ese país.
Aunque las autoridades sanitarias niponas levantaron la semana pasada las limitaciones de horario de bares y restaurantes, los importadores todavía no están dispuestos a volver a los niveles anteriores de importaciones de limones desde Chile, pues no tienen seguridad de que la total apertura de esos establecimientos se mantenga en los próximos meses si hay nuevos brotes de la pandemia.
En tanto, en China siguen pesando los brotes de mosca de la fruta, una plaga cuarentenaria en ese país, lo que limita las exportaciones chilenas.
En todo caso, la gran duda en los limones es qué hará Argentina con la cosecha de 2022. En las últimas temporadas Ucrania y Rusia eran destino de 19 por ciento de las exportaciones trasandinas. Hoy no es posible ingresar a ese mercado y quedará por ver qué destino tendrán los limones argentinos.
''El mercado europeo está caído y Argentina tiene el volumen suficiente de limones para matar el mercado de la costa Este de Estados Unidos'', sostiene Rodrigo Manzo.
De todas formas, los buenos precios del mercado chileno hacen que sea menos urgente salir a exportar limones.
Un punto relevante es que los gastos en logística para exportar se han disparado.
''El costo de sacar un contenedor de un packing en Chile y dejarlo en un frigorífico en EE.UU. se ha más que duplicado. Es algo brutal e impacta el negocio. En ciertas calidades y programas puede que el precio no cubra los costos'', argumenta Juan Ortúzar, presidente del Comité de Cítricos.
Paltos con primavera fría
El clima le está poniendo un freno a la producción de paltas en 2022. Al igual que los cítricos, los paltos han debido enfrentar un duro panorama en, lo que queda, de los huertos del Norte Chico. En el valle de Aconcagua la situación es complicada para los agricultores que no tienen pozos profundos para sacar agua, pues los canales están funcionado en mínimos históricos.
''Los huertos de paltos emboscados, con mucha leña porque no se podan bien, sufren mucho por la falta de agua. Aparecen paltines por el estrés hídrico'', sostiene Gonzalo Vargas.
Adicionalmente, una primavera más fría de lo habitual provocó una menor cuaja, lo que se expresa en menor cantidad de frutas.
El amplio uso de la variedad edranol como polinizante acentuó la baja cuaja, pues es más sensible a las bajas temperaturas y tiene un período de producción de polen relativamente corto. De hecho, en los huertos en que está presente la variedad Negra de la Cruz como polinizante las producciones resultaron más estables.
De hecho, como el clima cada vez es menos previsible, lo más probable es que en futuro los huertos de paltos tengan necesariamente que tener una amplia variedad de polinizantes, con el objeto de ampliar el tiempo y asegurar la fecundación de las flores.
En tanto, en la Región Metropolitana los huertos de paltos siguen una temporada más bajo la presión de la creciente salinidad de las aguas del Maipo, que quema el follaje y baja la producción.
De hecho, hay consenso de que el futuro de la producción de paltas en Chile está en la Región de O'Higgins, pues cuenta con una mejor situación hídrica. De hecho, la entrada en producción de huertos en esa zona está ayudando a compensar la caída de otras áreas del país.
En todo caso, se trata de un rubro que ya pasó su momento de mayor producción. De las 35 mil hectáreas que llegó a tener el cultivo hace más de una década, hoy ronda las 23 mil hectáreas.
Hasta ahora se estima que la producción chilena de paltas de 2022 debería ser similar a la temporada pasada, con una oferta exportable cercana a las 130 mil toneladas. El mercado local sigue firme y debería dar cuenta de 100 mil toneladas.
Las perspectivas de precios son buenas, aunque no a los niveles exuberantes de hace un par de temporadas.
Perú, el principal exportador a Chile, sigue con un fuerte crecimiento de la superficie de paltos, que el año pasado lo llevaron a producir cerca de 540 mil toneladas, en esta temporada las condiciones no han sido las óptimas. En primer lugar, la pasada temporada fue de producción muy alta ?conocido como año ''on''?, lo que repercute en una menor producción en la siguiente.
Adicionalmente, las zonas productoras del Perú han tenido un mayor cantidad de días nublados, lo que ha restringido la producción.
En las próximas semanas debería empezar a menguar la presencia de paltas peruanas dentro de Chile.
''A partir de abril los precios de las paltas dentro de Chile deberían comenzar a subir'', explica Diego Ibacache, gerente de un huerto frutícola de Nogales.
Un alza bienvenida para los palteros. En este momento, los productores están recibiendo entre $2.300 a $2.500 por kilo de los comerciantes que retiran en el mismo campo. A la misma época del año pasado el monto llegaba a los $ 3.000.