En entrevista con Frutas de Chile: Patricio González, académico del Centro de Investigación y Agroclimatología de la Universidad de Talca (CITRA) y Fernando Santibáñez, docente de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad San Sebastián, coincidieron en señalar que el evento de El Niño está llegando a su fin, dando así pasó a La Niña, que comenzará a partir de julio de este año.
Si el fenómeno de El Niño, que está llegando al fin, ha provocado alzas de lluvia y aumento de temperaturas. El fenómeno de La Niña generará un aumento de heladas en primavera y escasez de precipitaciones, lo que podría impactar a diversos cultivos.
Así lo afirmaron en entrevista con Frutas de Chile expertos en climatología, los cuales coinciden que el fenómeno de La Niña llegará en julio. Patricio González, académico del Centro de Investigación y Agroclimatología de la Universidad de Talca (CITRA) proyectó que será en julio. “Los eventos de La Niña están durando 3 años debido al cambio climático, que ha hecho que el evento de El Niño dure solo un año, en cambio está favoreciendo que el fenómeno de La Niña dure más de 2 años y que las lluvias sean escasas”, agregó.
Para Fernando Santibáñez, docente de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad San Sebastián, La Niña se instalará a partir de julio por lo que es esperable que tengamos una primavera bastante seca y, desgraciadamente, con riesgo aumentado de heladas tardías y polares.
En cuanto a los efectos de La Niña, Santibáñez explicó que aparte del riesgo de heladas, podrían traducirse en menores caudales para el verano, acentuando el nivel de estrés que ya tienen las cuencas. “De ser así, tendremos una próxima temporada con estrechez de agua de riego. Las heladas de primavera no hacen distinción de cultivos, afectan a todo ellos. En el caso de los cultivos de verano, lo recomendable es no adelantarse tanto con las siembras, de modo de evitar en algo la exposición a las heladas. En el caso de los frutales, son los paltos, cítricos los más afectados, pero una helada muy tardía puede ser muy destructiva de especies como los carozos, la uva, los cerezos, y el kiwi. Es una temporada en la que se debe tomar precauciones”, destacó.
González advirtió que el fenómeno de La Niña comenzará este invierno, lo que es complicado ya que provocará déficit de lluvias. “Hay un 80% de probabilidad que esté instalado en la primavera. La Niña genera que no sólo se enfríe el mar, sino que ese enfriamiento pasa a la atmósfera; las altas presiones se rebustecen y se genera un bloque de altas presiones, por lo que los sistemas frontales no llegan directamente a la zona central, sino que se desvían a la zona sur del país. Por ejemplo, de la región de Aysén hacia el norte, lo que los hace perder energía y llegan por lo tanto con menores lluvias a la zona central”, destacó.
Las heladas de La Niña se caracterizan por la pérdida de radiación del suelo. “Estas heladas también se pueden extender hacia la primavera, en los meses de septiembre y octubre, que puede ser muy dañino para las viñas. Mucha niebla, invasión de masa de aires polar y alza de episodios de contaminación atmosférica en Santiago. Talca, Linares, Curicó, Temuco: son también parte de sus efectos”, indicó González.
La Niña: Pros y contras de su comportamiento
Uno de los aspectos positivos del fenómeno de La Niña es el aumento de las horas frío. El experto de la Universidad de Talca explicó que los frutales necesitan en invierno acumular horas de frío, lo que es bueno para que puedan florecer con calidad y calibre. Sin embargo, la falta de agua es grave porque tenemos cultivos como trigo, arroz, maíz y frutales como arándanos, uva de mesa y kiwis que necesitan mucha agua ya que el 80% del agua en Chile se usa en agricultura”, sostuvo.
“El agricultor debe tener agua para regar, pero si no tiene agua para regar: una parte de la fruta morirá. Todos los cultivos extensivos necesitarán una cantidad de agua, que este año ha sido buena por los ríos atmosféricos. Los embalses ya están agotando sus reservas de agua y se comenzarán a llenar con las lluvias de mayo, que serán menores. Todos los cultivos extensos que no han sido tecnificados tendrán esa preocupación de trabajar con sus asociaciones para saber la cantidad de agua que necesitaran”, dijo González.
Sobre cómo se comportará el fenómeno de La Niña en la zona norte y sur, el especialista detalló que La Niña se comportará más intensa en la zona norte (Coquimbo, Valparaíso y Santiago) que está en proceso de desertificación. “El fenómeno de La Niña profundiza la sequía. En esas tres regiones pueden bajar las lluvias. En la Región Central: O’Higgins, Maule. Ñuble y Bío Bío, llueve un poco más y se ubican los cultivos tradicionales y los son más extensivos. Si bajamos de 700 milímetros a 400 milímetros eventualmente o 300 milímetros provocará una falta de agua para la zona central. La Región de La Araucanía también tendrá un déficit, pero hacia Puerto Montt el déficit no es tan alto como la zona central. Por lo tanto, el evento de La Niña tiene mayor impacto entre Coquimbo y la Araucanía, en cambio hacia Puerto Montt es más moderado”.
Respecto a las recomendaciones para los agricultores, González, señaló que los agricultores, en especial de la Región de Coquimbo necesitan mucha inversión en cuanto a recursos hídricos. “Los embalses han quedado con bastante capacidad para soportar la próxima temporada de riego, en la zona central de Chile (O’Higgins, Maule y Ñuble) gracias a los ríos atmosféricos del año pasado. Sin embargo, no hay que confiar ya que este evento de La Niña puede durar hasta el 2025 por lo que las recomendaciones son cuidar el agua, generar una buena implementación de traslado de agua desde el embalse al predio, pedir ayuda al Gobierno para tecnificar el riego en su mayor proporción. En cuanto a infraestructura de riego generar pequeños embalses para ir juntando esa poca agua que caerá en el invierno y tener así disponibilidad de varios embalses y de tranques” resaltó el experto.
Evaluación de El Niño
El fenómeno de El Niño ya está llegando a su fin. Según Santibáñez la visita de El Niño está dando muestras de llegar al final. Las aguas tibias que estuvieron presentes durante el segundo semestre de 2023 y primeros meses de 2024, se están comenzando a retirar, dejando el espacio para que se reinstalen las aguas frías a partir de julio 2024, luego de pasar por en mayo y junio con aguas neutras. Esto augura la posibilidad de que este año termine algo seco y con una posibilidad aumentada de heladas polares hacia la primavera.
Sobre el efecto, el académico de la Universidad de Chile comentó que en general el saldo que ha dejado es más bien positivo pues vino a aliviar un tanto la larga sequía de la última década. “También tuvo efectos negativos por cuanto tuvimos una primavera muy fresca que afectó a la producción de numerosas especies frutales, las que quedaron con bajo calibre y con retraso en la madurez. En general los efectos negativos o positivos de El Niño no duran mucho, salvo que sea un fenómeno de grandes dimensiones. Ya casi no queda nieve, aunque los caudales este año anduvieron mucho mejor que en 2023. Las alteraciones que pudo haber provocado en la producción no se transmiten de un año para otro, así es que no hay nada que temer para la próxima temporada, todo dependerá de la conducta del clima en la próxima primavera-verano”, resaltó.
Para González en el siglo XX El Niño fue bastante productivo porque ocurría cada 3 años, traía mucha nieve, lluvias, generaba inundaciones, salidas de río pero los agricultores se benefician porque había 3, 4 metros de nieve en la cordillera. Por lo tanto, los embalses se llenaban, y podía funcionar 3, 4 años sin problemas. Cuando había un evento de La Niña que traía sequía este duraba solo 1 año, pero se iba recuperando este ciclo del fenómeno del Niño, que traía agua.
El fenómeno del niño siempre ha estado asociado a grandes catástrofes en Chile, por ejemplo, de salidas de ríos, pero generaba agua y era un gran activador de nieve, comentó González. “Esos ciclos estaban separados por 3 años en los que el agricultor se beneficiaba, pero eso cambió a partir del siglo XXI. El cambio climático ha hecho que el efecto del El Niño se ha haya ido restringiendo, no dure más de 1 años, lo ha ido reduciendo en su capacidad de generar lluvias, ya no genera 800 milímetros, sino que 400 milímetros de forma muy intensa, con río atmosféricos que fueron más destructivos el año pasado. Por lo tanto, La Niña está siendo fortalecida en falta de lluvias. Por lo tanto, estamos en cambio muy extremos de un año a otro”, concluyó